Adiós a la hegemonía masculina: por qué las mujeres son más emprendedoras

En un terreno históricamente dominado por los hombres, cada vez es mayor la presencia femenina; son más prácticas y tienen más desarrollada la capacidad de atender varios asuntos al mismo tiempo

En un segmento que tradicionalmente estuvo liderado y ocupado por hombres, las mujeres van cobrando protagonismo, haciendo pie dentro del ecosistema entrepreneur argentino, que, más allá de los géneros, presenta oportunidades en múltiples áreas.

Según los datos estadísticos que surgen del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), una investigación que se lleva a cabo en más de 80 países y que a nivel local está a cargo del Centro de Entrepreneurship del IAE, aproximadamente el 16% de las mujeres adultas (entre 18 y 64 años) están involucradas en algún tipo de actividad emprendedora.

«La buena noticia es que ellas lograron un crecimiento importante respecto del 11% del muestreo de 2014», arranca Silvia Torres Carbonell, directora del Centro de Entrepreneurship del IAE y subsecretaria de Economía Creativa de la ciudad de Buenos Aires. «En América latina hay más hombres que mujeres emprendiendo, pero a lo largo del último año sorprendieron el crecimiento y la mayor participación femenina», asegura la académica.

La percepción de ventanas de oportunidad en una economía que tiende a estabilizarse, en la que variables sensibles, como inflación y tipo de cambio, están más controladas y vuelven a asomar las posibilidades de crédito, va en alza y augura un 2017 con más proyectos independientes.

«El panorama es alentador y cada vez son más las mujeres que se acercan a las organizaciones que dan soporte a los emprendedores en busca de información y de capacitación», plantea María Cecilia Ribecco, co-fundadora y presidenta de la Comunidad de Mujeres Emprendedoras Criar, y pone de relieve un dato de lo que se viene en materia de nuevos emprendimientos: si bien los sectores con mayor presencia femenina son el textil, el de diseño de objetos, la gastronomía y los servicios, «hay quienes se están animando a dar un paso aún más profundo y entran a los negocios relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación, áreas que a nivel mundial gozan de una fuerte promoción para lograr la inserción femenina».

Pegar el salto

Ribecco apunta que el plantel femenino se lanza a emprender «como alternativa para obtener un diferencial de ingresos, pero con la premisa de encontrar el equilibrio entre la familia y el trabajo o entre la vida personal y lo profesional».

Desde el Entrepreneurship, Torres Carbonell pone la lupa sobre una tendencia que se intensificó en el último tiempo entre las emprendedoras: son cada vez más las que deciden comenzar su negocio únicamente online, con el fin de poder trabajar desde el propio domicilio, compatibilizando vida familiar y laboral.

«La asignatura pendiente -avanza- la encontramos cuando miramos al sector tecnológico. Un sector con más posibilidades, pero que exige más dedicación, más financiación y más formación que el sector servicios. Las mujeres se muestran más conservadoras, se conforman con menos a la hora de emprender y les gusta ir a lo seguro. De ahí que sean muchas las que tienen cierto miedo a fracasar en el intento de abrirse camino en un sector algo más que complejo.»

Quienes llevan el «gen» emprendedor son capaces de dar alto valor agregado, partiendo de una fórmula que combina baja inversión con mucho tiempo y esfuerzo.

«A la hora de arrancar un negocio, las mujeres son un poco menos ambiciosas y más realistas que los hombres. Las empresas con cabeza femenina suelen ser más chicas y menos costosas de operar y en general tienden a afrontar los costos iniciales por sí mismas», define Torres Carbonell.

En general, las ideas se ponen en marcha con ahorros propios y aportes de familiares y amigos. Pero superada esa primera instancia, el financiamiento y el aporte de know-how son clave para consolidarse y pasar al siguiente nivel.

«Actualmente existe muchísima información y es posible encontrar financiamiento no bancario en las incubadoras, un formato que propone el apoyo a través de mentorías, como también de capital semilla», alienta desde su sede en Rosario la presidente de Criar.

Financiamiento

IncuBAte es uno de los programas más recientes para el financiamiento de nuevos proyectos. El plan es impulsado por la Dirección General de Emprendedores del gobierno de la ciudad de Buenos Aires (GCBA), con un monto de capital semilla para cada empresa incubada que asciende a $ 150.000.

También el Ministerio de Producción de la Nación tiene un programa de asistencia financiera para emprendimientos que cuentan con menos de un año de vida. En este caso, el monto mínimo que ofrecen es de $ 50.000, con un tope máximo de $ 150.000, y brindan además asistencia técnica.

Para las entrepreneurs tech, hay disponible una línea especial de financiamiento. «NXTPLabs es una alternativa que brinda capital semilla por un monto de US$ 25.000 a cambio de una pequeña participación accionaria, también contemplan asistencia técnica en el armado del plan de negocios, prototipo y estrategia de marketing, entre otras cosas», detalla la ejecutiva de Criar.

Fuente: La Nación