Doce clones sanos de una sola yegua de polo, récord argentino de clonación

Con tecnología desarrollada en el país, se logró una docena de copias idénticas de Imperial; la compañía biotecnológica a cargo del desafío ya es la primera del mundo en productividad.

Imperial es una de las yeguas más preciadas del polo local. Hace algunos años, hubiera envejecido dejando sus dotes superlativas relegadas al recuerdo. Pero gracias a técnicas puestas a punto en el país, se multiplicó en 12 copias idénticas. Aunque tienen apenas semanas de vida, ya se advierten en ellas el mismo porte, las mismas condiciones genéticas que hicieron de la iniciadora del linaje un ejemplar extraordinario.

El logro fue posible gracias a avances tecnológicos desarrollados por el equipo científico de Kheiron, un emprendimiento radicado en el Parque Empresarial Austral, en Pilar, que en cuatro años generó 90 equinos clonados y que pronto llegará al centenar. Con estos números, ya es la primera compañía mundial en productividad, y segunda en producción acumulada después de la norteamericana ViaGen, creada hace 15 años, aunque esta última no publica sus resultados en revistas científicas. Esta performance se suma a una estela de éxitos iniciados con el primer bovino clonado por BioSidus y seguidos por otros grupos locales.

«Kheiron es una empresa de capitales nacionales, con know how 100% argentino -se enorgullece Daniel Sammartino, su principal accionista y emprendedor, que tras ser vicepresidente ejecutivo de Techint se lanzó al mundo de las startups-. De alguna manera, la biotecnología me encontró a mí. Vinieron a verme con el proyecto de clonación y me cautivó. Instalamos un laboratorio de nivel internacional y eso nos condujo a otros proyectos: hicimos una empresa boutique de cría de caballos de polo, un laboratorio de fertilización in vitro para bovinos, desarrollamos una progesterona [la hormona sexual que segregan el ovario femenino y la placenta, y que tiene la función de preparar el útero para la recepción del huevo fecundado] inyectable y de liberación controlada que ya llevamos a patentar a los Estados Unidos y que exportaremos a todo el mundo. Todo lo hacemos desde cero, con científicos argentinos y tecnología desarrollada en el país, sin adquirir ninguna licencia».

 

FUENTE: CLARIN