El Porsche 911 cumple 50 años

 

El Porsche 911 no sólo lleva cinco décadas siendo todo un icono automovilístico, sino que, en realidad, es el deportivo por excelencia. El 911 es mucho más que un automóvil, es el corazón de la marca Porsche desde hace 50 años y un objeto de culto que acelera el pulso de los conductores de todo el mundo, incluso cuando está aparcado. Ningún otro automóvil del mundo cuenta con una tradición y una continuidad tan largas como el Porsche 911. Desde que fuera estrenado como Tipo 901 en el Salón Internacional del Automóvil de Frankurt IAA en septiembre de 1963, viene apasionando a los aficionados automovilísticos de todos los continentes convirtiéndose en el referente deportivo por antonomasia. El 911 no sólo es un referente entre los deportivos, sino el referente central de todas las gamas de la marca Porsche. En cada Porsche se esconde un pedacito del 911 y cada Porsche representa el automóvil más deportivo en su segmento correspondiente.
Desde su debut, en el año 1963, la gama de este modelo ha venido perfeccionándose constantemente sin modificar el carácter individual del que, en el año 1964, se denominó 911. El resultado de la evolución experimentada durante los últimos 50 años es un deportivo que se acerca mucho al atributo de “perfecto” sin haber perdido por ello un ápice de fascinación. Cada una de las siete generaciones de este modelo ha escrito su propia historia de éxito. Desde 1963 se han producido más de 820.000 unidades del 911 en Stuttgart-Zuffenhausen. Ningún otro deportivo ha entusiasmado a tantos aficionados al mundo del automóvil. Ningún otro deportivo del mundo ha conseguido más victorias en las carreras automovilísticas. Con la séptima generación del 911, denominado internamente 991, Porsche conduce el icono automovilístico hacia el futuro.

El secreto del éxito del Porsche 911 ha sido un tema muy discutido a lo largo de su historia. Más de 300 libros se han escrito ya sobre este modelo y cada año se publica un nuevo título. La respuesta a esta pregunta es muy fácil: en el mundo automovilístico, el Porsche 911 es un automóvil único, ya que, ningún otro vehículo consigue vincular de igual modo parámetros aparentemente opuestos como deportividad y versatilidad, tradición e innovación, exclusividad y aceptación social o diseño y funcionalidad. Ferry Porsche ha alcanzado el punto álgido de la versatilidad de su obra: “El 911 es el único automóvil con el que los conductores pueden desplazarse desde un safari en África hasta Le Mans, para continuar al teatro y acabar recorriendo las calles de Nueva York”.

La idea 911

Independientemente de la generación del 911 de la que se trate, cuando el conductor entra en el automóvil y se sienta erguido detrás del volante le invade inmediatamente la legendaria sensación 911. Delante del conductor se despliegan cinco instrumentos redondos que puede visualizar desde la posición perfecta de su asiento ergonómico. El capó rebajado se encuentra situado entre los concisos guardabarros que posibilitan visualizar perfectamente el punto culminante de una curva. La llave de contacto se ubica a la izquierda del volante y arranca el seis cilindros situado en la zaga. Los aficionados automovilísticos reconocen el 911 desde lejos por el latido acústico de su motor que le confiere a cada generación un sonido típico muy especial.

Ya sea refrigerado por aire o agua, el potente motor bóxer es, desde siempre, el corazón del 911. La interacción de un potente motor trasero y un sonido único resulta en una combinación sin precedentes en el mundo del automóvil. Y todo esto sin que el conductor deba tener una mala conciencia, ya que el 911 es el deportivo precursor en el ámbito del consumo y las tasas de emisiones. La fiabilidad del motor bóxer de Porsche es legendaria en los círculos de los deportivos contribuyendo en gran medida a la utilidad cotidiana y a la larga vida del 911. No es una coincidencia que, hoy en día, sigan circulando dos tercios de todos los Porsches jamás fabricados. Es un hecho que también los deportivos pueden ser sostenibles y sensatos y, al mismo tiempo, apasionados.

No existe casi ningún otro deportivo que despierte emociones tan fuertes en los propietarios y los aficionados como el Porsche 911. El poseer un Porsche propio es el sueño de muchos de los aficionados al mundo del automóvil. Seguramente, muchos niños habrán presionado fascinados sus naricitas contra la ventana lateral de un 911 alguna vez durante su infancia. Cuando se les pide a los niños dibujar un deportivo, casi siempre dibujan la silueta de un 911. Quizás sea esta una de las razones por las que el modelo disfruta de esta enorme aceptación social, a pesar de su exclusividad. Ya se trate de un 911 clásico o de un nuevo modelo: un Porsche 911 despierta admiración en todo el mundo. En medio de la actual uniformidad automovilística, el 911 nada contracorriente, ya que siempre fue diferente a los demás automóviles y muy querido por todos.

La fascinación que despierta el 911 se debe al conjunto de sus características: deportivo con un diseño perfecto, equipado con potentes, eficientes y sólidos motores, un concepto automovilístico adaptado a la conducción rápida y precisa, con diversos genes adoptados directamente de las carreras de competición y con una amplia historia – todos estos atributos despiertan emociones y hacen que tanto propietarios como conductores vivan una experiencia única. Y esto desde hace 50 años.

El carácter especial del 911 se refleja también en el círculo de compradores: numerosos artistas, actores, diseñadores de moda, deportistas y empresarios de todo el mundo se han convertido en apasionados conductores del 911, siendo fiel a esta gama de deportivos, incluso, durante décadas. El Porsche 911 ha aparecido repetidamente en varias películas y en la televisión. Steve McQueen creó todo un hito con el 911 como actor principal y coproductor en la película “Le Mans” estrenada en 1970. Durante los primeros minutos de la película puede contemplarse, casi exclusivamente, el 911 S de color verde oscuro del actor.