Estos son los emprendedores que impulsan la nueva revolución del agro

Startups que impulsan una nueva ola tecnológica en el campo. Lo que viene es la optimización de la información en cada etapa del proceso productivo.

En 2014, en pleno furor por las imágenes aéreas y la agricultura de precisión, un grupo de ingenieros industriales y electrónicos empezó a dedicar su tiempo libre a fabricar drones. En poco tiempo, lo que era una diversión pasó a ser una clara oportunidad para emprender. Los ingenieros se dieron cuenta de que el agro era un sector ávido de nuevas tecnologías, pero que tenía dificultades para adoptar y aprovechar las herramientas digitales de información. Entonces decidieron fundar Auravant, una empresa que desarrolla herramientas de IT para ayudar a agrónomos y productores a hacer agricultura de precisión y mejorar la productividad de sus campos. Primero invirtieron 50.000 dólares y, tras consolidar sus objetivos con la ayuda de una aceleradora de emprendimientos, acaban de recaudar otros 350.000 dólares en su primera ronda de inversores.

“El sector agrícola ha adoptado fuertemente tecnologías mecánicas, electrónicas y biológicas, pero en términos de Tecnologías de la Información (IT) existe una necesidad insatisfecha”, afirma Leandro Sabignoso, uno de los socios de la firma, y añade: “Ofrecemos una plataforma de monitoreo remoto de cultivos que utiliza imágenes satelitales para evaluar el estado de los cultivos y brindar información accionable a los productores. Los ayudamos a ahorrar insumos, tiempo y mejorar los rendimientos”.

En solo cinco meses desde su lanzamiento, la plataforma Zoom, creada por Auravant, sumó más de 300 usuarios que monitorean 700.000 hectáreas de cultivos. Es una señal alentadora que, sumada a la experiencia de otras empresas jóvenes, sirve para ilustrar una realidad: el agro es terreno fértil para la innovación. Clarín Rural Revista conversó con algunos de los emprendedores que decidieron apostar por una nueva ola tecnológica en el agro. ¿Cuál es el potencial del sector? ¿Qué hace falta para que estas semillas recién germinadas desplieguen sus raíces?

“El agro argentino es probablemente uno de los más innovadores del mundo, nuestros productores son extremadamente eficientes para operar. Si hay resistencias, en mi experiencia, es principalmente porque los emprendedores no estamos pudiendo ofrecer soluciones que entreguen el valor suficiente como para hacer la tecnología atractiva”, dice el ingeniero en computación Jairo Trad, quien junto con Juan Carlos Abdala, también ingeniero en computación, y el ingeniero agrónomo Rodrigo Tissera creó Kilimo, una herramienta de big data para hacer que los productores agrícolas que riegan produzcan más con menos agua.

Al igual que Auravant, Kilimo nació en 2014 y tras dos años y medio recibió su primera inversión externa. Actualmente monitorea el 4 por ciento del área regada de Argentina y unas 2.000 hectáreas en Estados Unidos.

Otro caso interesante en el que se busca optimizar el manejo de datos es el de Digirodeo, que tal como su nombre lo indica, no se enfoca en la agricultura sino en la ganadería de precisión. “Desarrollamos productos para facilitar la tarea de los ganaderos en el campo, nos dedicamos a captar datos en el lugar de trabajo y darle trazabilidad a la hacienda que fue tratada”, comenta el Ingeniero en Producción Agropecuaria Ignacio Iturriaga, uno de los socios de la empresa junto con los licenciados en Administración de Empresas Nicolás Reyes y Fernando Díaz Offeney y el Ingeniero en Informática Leopoldo Simini.

El equipo entrevistó a veterinarios y vacunadores buscando herramientas para respaldar su trabajo y hacerlo más profesional, y tras una inversión inicial propia de unos 80.000 dólares llegaron a su primer desarrollo: la pistola Digirodeo 1.0, un dispositivo mediante el cual el vacunador puede registrar de una manera fácil e intuitiva a los animales que fue tratando, y luego generar un reporte de trabajo que tenga información para respaldar la correcta vacunación de los animales, sirviendo de constancia de dicho trabajo, accesible desde el celular.

Ligeramente distinto a los anteriores es el caso de Avancargo y La Rotonda, dos empresas que no apuntan directamente a la producción sino a la logística que la hace posible, y que buscan acercar puntas en lugar de procesar y analizar datos.

“Avancargo creó una plataforma logística para ofrecer distintos beneficios tanto para dadores de carga como para transportistas. Nuestra misión es mejorar la experiencia de contratación, carga, seguimiento y cierre de entregas que se efectúan en la región, con el fin de hacer más eficiente el sistema logístico en general”, explica Diego Bertezzolo, CEO de Avancargo.

El equipo de Avancargo se completa con Leandro Rey, Leonardo Torres, Marcos Chicote y Pablo Mendonça Paz. Se conocieron en 2016 haciendo un MBA, invirtieron plata propia y de amigos y, tras conseguir el apoyo estratégico de algunas compañías, a fines de 2017 publicaron la primera versión de la App. Actualmente la plataforma cuenta con más de mil usuarios registrados y validados, de los cuales más del 80% son transportistas. Esto representa un parque de más de 6.000 camiones disponibles.

La Rotonda, por su parte, es una empresa on-demand de servicios agrícolas que le permite a productores agropecuarios y proveedores de servicios estar en contacto. “Estamos democratizando los servicios rurales”, asegura Cristian Ruiz, fundador de la firma junto con Leonardo Valente. Luego explica: “Hasta ahora, tanto contratistas como productores agropecuarios debían contactarse de manera “uno a uno”, y en la mayoría de los casos con más de un escalón de intermediación para acordar algún trabajo. El modelo relacional era pre-internet. Esta solución llevará a un nuevo nivel esos contactos, permitiendo contar con más opciones para un requerimiento”.

En diciembre de 2016 La Rotonda hizo sus primeras acciones comerciales y se lanzó la plataforma, y actualmente está estructurando la primera ronda de inversión. “Tenemos alrededor de 250 productores y más de 300 contratistas que ya cerraron acuerdos de 60.000 hectáreas de servicios a campo en forma freemium (gratuita). Queremos llegar a 250.000 hectáreas, lanzar nuestra modalidad profesionales mediante el pago de servicios de plataforma y un modelo para grandes cuentas que quieran conformar su comunidad en torno a nuestros servicios en los próximos dos años -explica Ruiz-. Los emprendedores del AgTech debemos comenzar a cultivar las relaciones en un ecosistema que no estaba, es nuevo. Tenemos una doble misión, la de llevar adelante nuestra idea y la de explicar la naturaleza de nuestra formación y desarrollo. Encontrar y crear la red correcta rápidamente puede ser la diferencia entre llegar o no a la otra orilla”.

Bertezzolo coincide, dice que en el agro hay todavía mucho para hacer y que eso es una oportunidad gigante para todos los emprendedores y proyectos innovadores. “No vemos resistencias, todo lo contrario. Hay avidez de nuevas soluciones que optimicen recursos y permitan mejorar en competitividad e ingresos. Hay una clara conciencia de que para seguir compitiendo necesitan adaptarse y subirse a las novedades tecnológicas. Muchos de los grandes jugadores de la industria (Cresud, FyO, Adecoagro, Los Grobo, Arauco) que ya están haciendo pruebas con nosotros, buscan marcar una tendencia en el sector agroindustrial. No hay dudas de que el sector agroindustrial se subirá por completo a los nuevos proyectos de AgTech”.

Al respecto, Sabignoso agrega que a pesar de ser ávidos de novedad, los productores locales “miden sus riesgos porque deben lidiar con muchas incertidumbres. Pero al mismo tiempo, cuando ven el retorno, invierten. Un ejemplo paradigmático es el caso de la siembra directa: si bien no se ideó aquí, Argentina fue uno de sus principales promotores y actualmente lidera su adopción con más del 90 por ciento de su superficie con estas prácticas”.

Por su parte, Iturriaga aporta el conocimiento del sector ganadero. Dice que la ganadería tiene una visión más clásica y conservadora que la agricultura, pero aclara que dentro de la ganadería se viene dando un recambio generacional que adopta fácilmente nuevas tecnologías. “A su vez, el consumidor exige más al productor y es ahí donde estas soluciones hacen la diferencia”, asegura.

¿Qué expectativas y objetivos tienen estas jóvenes empresas para el mediano y largo plazo? Los emprendedores se muestran cautos, saben que en el campo nada es inmediato, pero se animan a soñar con un crecimiento que trascienda fronteras.

“Nuestras expectativas son las de afianzarnos bien en Argentina y luego salir hacia Brasil y toda Sudamérica. Argentina y Brasil poseen el 75 por ciento de la ganadería bovina de Sudamérica”, dice Iturriaga sobre Digirodeo.

Respecto a Avancargo, Bertezzolo dice que buscan “terminar con las asimetrías de información dentro de un sector que mueve más de 4 millones de viajes por año”. “Creemos que el proceso logístico (de contratación, de seguimiento y de cierre administrativo) puede y debe ser más sencillo. Estamos seguros que la información brinda transparencia, mejora los costos y, en última instancia, posibilita una industria más competitiva”, detalla, y añade que, al igual que Digirodeo, para el mediano plazo buscarán una expansión regional de la solución, con foco en países del Mercosur y la región andina de Latinoamérica.

Otros que apuntan alto y que no se ponen límites geográficos son los jóvenes de Auravant. “Apuntamos a que nuestras herramientas generen una nueva revolución en el campo, para que cualquiera pueda hacer agricultura de precisión sin tener conocimientos avanzados de programación, ni que requiera una gran inversión. Este año esperamos llegar a las 3 millones de hectáreas monitoreadas con nuestra plataforma Zoom. Estamos abriendo operaciones en Europa y esperamos en poco tiempo poder ofrecerla en cualquier lugar del mundo”, dice Sabignoso.

Y Ruiz, de La Rotonda, se suma a la onda globalizadora. “En el largo plazo la internacionalización es lo que sigue, ya estamos analizando los mercados más atractivos para nosotros”.

¿Qué es lo que hace falta para que las ambiciones de estos innovadores se conviertan en realidad? Según Trad, fundador de Kilimo, es clave que los productores abran sus puertas y se animen a conversar con los emprendedores. “En el otro lado creo que es clave poner foco en el agregado de valor. Si la tecnología no termina significando más pesos en el bolsillo del productor, no tiene sentido”, remarca.

Por su parte, Ruiz advierte que no es muy grande el mercado de “inversores ángeles” que esten preparados para llevar adelante una primera inversión. “Quizás esta figura sea alguien que esté quedando poco visibles en el desarrollo del ecosistema”, dice.

Mientras tanto, Sabignoso reconoce que se dio un gran paso con la Ley de apoyo al capital emprendedor, replicando las mejores prácticas de otros países que han logrado generar hubs de emprendedores. “Ahora se puede abrir una sociedad mucho más rápido y está empezando a haber más aceleradoras en las que apoyarte cuando recién arrancás. Los beneficios para las PyMEs también ayudan a no ahogarte, y hay un rol más activo del Estado en fomentar la actividad emprendedora. Para que haya una “explosión” hace falta continuar generando este tipo de condiciones favorables, pero, sobre todo, que se mantengan en el tiempo”, dice.

E Iturriaga aporta un maridaje entre las visiones de Sabignoso y Ruiz. ”En estos dos años hemos visto un cambio rotundo en el apoyo al desarrollo de startups. Igual nos encontramos con escollos, por ejemplo, a la hora de buscar fondos. Vemos que los argentinos no tenemos la cultura de invertir fuerte en startups, todos quieren participar pero cuando se habla de la plata que se quiere invertir, la ficha que ponen es diez veces menor que la que pondrían en otros países como Estados Unidos”, asegura.

En este sentido, para Bertezzolo lo que falta es “mejorar la exposición de lo que se está haciendo localmente hacia mercados externos, de modo tal de atraer más fondos. Hay un enorme potencial local pero que necesita incrementar más aún su awareness para llegar a aquellos lugares más desconectados”. Otro factor que según el emprendedor impacta fuertemente a las startups es la carga impositiva. “Cuando los proyectos llevan poco tiempo de vida y están recién dando sus primeros pasos, la carga impositiva hace que ese crecimiento sea más lento. Si el dinero destinado para impuestos se usara para reinvertir en la empresa, sin duda los crecimientos serían mucho más acelerados”, afirma.

Y para cerrar el balance con buen ánimo, Ruiz aporta una comparación que refleja el optimismo nato que caracteriza a cualquier emprendedor. “A Sillicon Valley le tomó 50 años llegar a convertirse en una máquina productora de unicornios. Seguramente veremos un unicornio AgTech algún día, pero como siempre en este sector, será necesario más tiempo en etapas tempranas, al menos otros cinco años. Vale la pena esperar”, concluye.

Una tendencia: las aceleradoras allanan el camino

En los últimos años, de la mano del surgimiento de muchas empresas nuevas con enorme potencial, comenzaron a proliferar otras empresas cuya función es, justamente, acompañar el crecimiento y consolidación de las primeras. Se trata de las incubadoras o aceleradoras de emprendimientos. En la categoría AgTech, por ejemplo, pisan fuerte las firmas NXTP.labs y Xpand Ventures, que es propiedad del Grupo Clarín.

Vanesa Kolodziej, quien lidera Xpand Ventures, explica que las aceleradoras y fondos “invierten en compañías seleccionadas con alto potencial, acelerando su crecimiento y proceso de expansión, y logrando incrementar sus ventas y su valor de manera muy rápida”.

Xpand aporta capital (entre USD 50,000 y USD 250,000), consultoría, apoyo en las próximas rondas de capital y acceso a medios, entre otros servicios. “Contamos con un equipo multidisciplinario con experiencia en producto, mercado, inversiones, finanzas, comunicaciones y tecnología. Adicionalmente trabajamos con un equipo de consultores que apoyan a las empresas cuando es necesario”, detalla Kolodziej.

-¿Cuáles son las trabas más comunes que encuentran los proyectos innovadores para lograr el éxito?

-Históricamente se decía que la traba más común era el acceso al capital, pero ya no lo es debido al gran número de aceleradoras que se han creado en los últimos años y al aumento del número de inversores ángeles. La principal traba en mi opinión es no vender, ya sea porque el emprendedor sólo se concentra en desarrollar el producto y no en venderlo, o porque creó un producto que no es demandado por el mercado, sea por el contexto económico o porque resuelve un problema que no existe/ no es importante para su cliente.

-¿Cómo evalúa el contexto actual para el desarrollo de empresas innovadoras en el agro?

-Estamos en el mejor momento para desarrollar empresas de tecnología para el agro desde la Argentina para todo el mundo. Existe capital de fondos, inversores y empresarios del sector; hay talento que trabaja de manera multidisciplinaria y existe una gran vocación de internacionalizarse tempranamente. Los emprendedores y científicos argentinos han sido líderes en el desarrollo de innovaciones en el sector. La calidad del recurso humano que desarrolla, produce y lidera el sector es reconocida a nivel global.

FUENTE: CLARIN.COM