Ganaron una olimpíada tech y ahora podrán estudiar gratis

Dos alumnos de Chubut y Mendoza harán su carrera en el ITBA tras superar una competencia; estudiarán ingeniería química y en petróleo.

Alumnos de escuelas públicas y privadas del país que resultaron ganadores de la segunda edición de la Olimpíada Argentina de Tecnología (Oatec), impulsada por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), podrán cursar su carrera universitaria allí con una beca completa.

La olimpíada, que finalizó los primeros días de este mes, tenía como ejes centrales el clima y el medio ambiente, dos temáticas para nada ajenas a la cotidianidad tanto del ganador, Agustín Rujana, de Puerto Madryn, Chubut, como del acreedor del tercer puesto, Tomás Vega, de Mendoza. Ambos contaron a LA NACION cómo incorporan lo que pusieron a prueba en la competencia en su vida diaria.

Rujana tiene 17 años y está en el último año del colegio De la Costa. El año que viene hará el curso de ingreso para estudiar Ingeniería Química en el ITBA gracias a la beca del 100% que obtuvo por su primer lugar en la competencia. «Como en Madryn hay mucho viento, en mi casa tengo generadores que armé jugando. Cuando dijeron que el anemómetro [elemento que mide la velocidad del viento] que debíamos armar en uno de los desafíos de la competencia era un generador, ya sabía cómo hacerlo. Ésa fue la ventaja para el resultado final», admitió. Ahora tiene la posibilidad de graduarse en una de las carreras más requeridas en el país. Desde chico, dijo, se tomaba como un juego armar y desarmar dispositivos.

Rujana reconoció que el trabajo en equipo fue clave para ganar. «Una compañera mía había estudiado en detalle cómo hacer la clasificación de residuos que tuvimos que hacer en un desafío y dejé que ella nos guiara. Era una prueba en equipo y sacamos una diferencia grande», explicó.

Tomás Vega, de 19 años, asiste al colegio Químicos Argentinos, en Mendoza. Si bien obtuvo una beca del 50% por su tercer puesto, ya contaba con una del 100% por ganar las Oatec el año pasado; por lo tanto, la media beca fue cedida al cuarto puesto. En cuanto al segundo puesto, correspondió a Rodrigo Devesa, del colegio Pío IX de la ciudad de Buenos Aires, quien obtuvo una beca del 75% para estudiar en el ITBA. LA NACION intentó contactarlo, pero no obtuvo respuesta.

«Siempre participo en las Olimpíadas de Preservación del Ambiente que organiza el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (Iapg), y allí se tratan algunos temas de cambio climático y emisiones de dióxido de carbono», dijo Vega. Si bien explicó que en su colegio desarrollan diversos tipos de proyectos, sus conocimientos más profundos en la temática los tiene gracias al trabajo que realiza junto con su padre en un taller metalúrgico. «También hago artesanías en mi casa, con mi mamá. A ellos les debo en gran parte todos mis logros. Y también a dos profesores míos, Sebastián Guerra y Ana García. Sebastián es un profesor que siempre motiva mucho a sus alumnos y se preocupa porque aprendamos más allá de la nota. Y Ana también», aseguró.

Responsables

«Llama la atención la dedicación que le ponen los estudiantes cuando participan, con mucho espíritu de grupo. El primer día, a los cinco minutos ya estaban todos conectados entre sí. Estos dos años tuvimos la impresión de que los jóvenes que participan son alegres, responsables y educados», refirió Norberto Lerendegui, organizador y director de las Oatec. E indicó que la competencia comienza con una primera etapa en la que se realizan dos evaluaciones online, en la que se habían anotado 2095 estudiantes de todo el país. De esos alumnos, rindieron unos 1035 chicos.

Lerendegui aseguró que el fin último de la competencia no es buscar un mayor ingreso en la universidad. «El objetivo es desarrollar la vocación por la ciencia y la tecnología. La Argentina necesita más ingenieros, tecnólogos e investigadores», dijo.

Uno de ellos será Vega, que desde el año próximo estudiará ingeniería en petróleo. Según se esperanza el adolescente, en un futuro la tecnología será su principal aliada para poder mejorar el medio ambiente «y la calidad de vida de las personas que realmente la pasan mal por los efectos del cambio climático».