JORGE CASTRO* La recuperación de China abre el camino para la superación de la crisis global

 

 

El PBI en China cayó 13.5% anual en el primer bimestre de 2020; y la tasa de inversión disminuyó 24.5% (frente a un alza de 5.4% anual en el cuarto trimestre de 2019), mientras que las ventas minoristas se derrumbaron 20.5% en el mismo periodo (“Oficina Nacional de Estadísticas” /NBS-2020).

A partir del 15 de diciembre, la economía china, la segunda del mundo (US$14.1 billones/15% del PBI global) estuvo prácticamente paralizada durante 45 días; y tras controlar al coronavirus ha comenzado ahora su recuperación en gran escala.

Los datos son los siguientes: más de 60% de las pequeñas y medianas empresas han retomado sus actividades en las 27 provincias de la República Popular, incluyendo Hubei, epicentro de la crisis; y 98% de las compañías transnacionales también lo han hecho, lo que significa que las exportaciones se han recuperado.

Más de 60% de las exportaciones chinas son obra de las firmas transnacionales, y este porcentaje aumenta – 70%/80%/90% – a medida que se escala en la cadena del valor agregado y la complejidad tecnológica.

China es la primera exportadora mundial (US$2.4 billones en 2019) por encima de Alemania y EE.UU., por lo que su normalización implica una recuperación plena del sistema transnacional de producción, en el que transcurre más de 80% del comercio internacional (exportaciones + importaciones).

La parálisis de la economía fue resultado directo de la drástica política del gobierno chino para enfrentar al coronavirus, con cuarentenas obligatorias que abarcaron a más de 60 millones de personas, así como la clausura de fábricas, comercios y restaurantes, en un gigantesco y exitoso ejercicio de acción colectiva absolutamente extraordinario, y de significado mundial.

El cálculo del NBS es que la actividad económica ofrecerá una recuperación visible a fines de marzo, con un segundo trimestre que dispondrá de un alza de 4%/5% anual, que treparía a 6.5%/7% en el tercero, para recuperar en el segundo semestre del año el boom de consumo que experimentó en 2019 (U$S 6.9 billones).

Lo más revelador de la recuperación china es el vuelco masivo de los grandes fondos inversores de Wall Street y Londres a los mercados bursátiles de la República Popular, vía Hong Kong.

Sólo los últimos 10 días de febrero, los Índices Bloomberg, Barclay y JP Morgan han recibido más de US$10.800 millones, con un total de compras de bonos de la República Popular (en reminbi) que superan ya US$400.000 millones, y se duplicarían en 2021.

Los títulos chinos ofrecen un rendimiento de 2.6% anual, casi 3 puntos por encima de los T-bonds norteamericanos, que abonan 0%/0.25% por año.

La tendencia es nítida: a partir de febrero/marzo de este año, los grandes fondos inversores globales se dirigen en más de 40% a los bonos chinos, en tanto otro 40% se orienta a los T-bonds estadounidenses, y el resto a otros mercados; y esta distribución de la inversión global se mantiene y profundiza en los próximos 10/20 años.

El Banco del Pueblo de Beijing (BoP) – Banco Central – ha dispuesto una formidable inyección de liquidez, con una disminución de 30% en el nivel de reservas de la red de bancos del país, y otros US$78.000 millones serán incorporados en el segundo trimestre, además de bonos especiales por US$30.000 millones para las pequeñas y medianas empresas.

La tasa de desocupación china ascendió a 6.2% en el segundo bimestre del año, un punto más que la existente en diciembre del año pasado.

El coronavirus ha golpeado la economía china sólo por el lado de la demanda, no de la oferta, que está intacta y en plena transformación (la “economía digital” alcanza ya a 40% del PBI/US$6.9 billones, y crece 12.2% anual).

El coronavirus ha otorgado un impulso fenomenal a todas las industrias vinculadas a la Inteligencia artificial (IA) y a la tecnología 5-G; y en especial la robótica 5-G y la logística automatizada virtualmente han explotado, con alzas de +30%/+40% anual, que establecen un nuevo punto de partida – auténtico salto cualitativo – para el segundo semestre del año.

Las compañías de IA que cotizan en Hong Kong, Shenzen, y Shanghai mostraron auges de más de 10% en un solo día; y estas firmas, prácticamente todas start ups y unicornios, son socias de Alibaba y Tencent, las 2 principales plataformas digitales de la República Popular, que encabezan la revolución tecnológica en el mundo, junto con las norteamericanas.

El control del coronavirus le abre a China una excepcional oportunidad histórica para que el mundo entero (incluyendo a EE.UU) reconozca y admire la profunda legitimidad política de su sistema de gobierno.

La República Popular puede transformar este año su indiscutible legitimidad doméstica en legitimidad global, lo que significa imponerse definitivamente en la batalla cultural – el softpower -, que es el único componente que le falta para asumir el liderazgo global, junto con EE.UU.

El ascenso histórico de China es un fenómeno esencialmente político, en que los 70 años de vigencia de la República Popular se integran absolutamente con los 5.000 años de historia del Imperio chino.

“Los 5.000 años de historia del pueblo chino no están en el pasado, sino en el presente”, dice Hegel.

  • Fuente: Clarín