Más de 1000 personas asistieron a Sustainable Brands en La Rural

Más de 1000 personas se congregaron este martes y miércoles en La Rural, donde tuvo lugar -por tercer año consecutivo- la edición local de Sustainable Brands.

Protagonista indiscutido del evento, el emprendedor belga e impulsor de la «Economía Azul», Gunter Pauli (en foto), fue quien dio el puntapié inicial a los debates y reflexiones. «Soy el Che Guevara de la sustentabilidad», se definió ni bien subió al escenario. «Necesitamos gente que suene un poco loca. Cuando la gente me llama loco, estoy honrado», añadió el experto que desafió muchos productos y procesos «sustentables»: como los envases de plástico, la venta de agua, el desecho de pañales y otros.

Cultor de pensar el desarrollo económico como un círculo virtuoso, hizo hincapié en que «la idea disociada de la acción no vale la pena». En esta línea, repasó algunos de los proyectos «azules» que su organización puso o está poniendo en práctica en diferentes partes del mundo.

Según sus cálculos, la nueva economía va a crear 100 millones de puestos de trabajo en los próximos 100 años. «Estoy fracasando, porque tengo tres millones de empleos», remató quien considera que deben imponerse «normas que tengan a la ética como fondo». Y concluyó, en un mensaje directo para los ejecutivos: «Si usted, como empresa, no inspira a los niños, no tendrá futuro».

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fueron uno de los tópicos que se mencionó con mayor frecuencia durante Sustainable Brands Buenos Aires. A ellos, por caso, se refirió Tamar Hahn, directora del Centro de Información de Naciones Unidas para la Argentina y Uruguay, como «herramienta para activar el propósito» de las empresas. «Estas 17 metas son un contrato social entre los líderes del mundo y las personas. Sin la participación activa del sector privado, no vamos a poder cumplirlos», sentenció.

«Lo menos malo, hoy, ya no es suficientemente bueno. ¿Qué es suficientemente bueno? Eso es lo tratamos de averiguar», fueron las palabras de Geoff Kendall, CEO y cofundador de Future-Fit, al inicio de su intervención. «Debemos repensar cómo hacemos y valoramos los negocios», subrayó. «Debemos medir el progreso requerido hacia -y más allá de- un punto de equilibrio ambiental y social, que toda empresa debe alcanzar sin importar su rubro o tamaño», completó.

Referentes locales en un evento en que predominaron -al menos, en las plenarias- las ponencias extranjeras, la cocinera Narda Lepes y el especialista Marcelo Iezzi, de PwC, sumaron su aporte al debate.
«Cada vez le pedimos más a la comida y le damos menos», remarcó la primera, quien puso el énfasis en la importancia de comer local: «Que la comida no viaje más que vos».

Uno de los desafíos más importantes que la Argentina debe superar en esta área -detalló-, es la logística, «que solo funciona para las grandes firmas». Darle solución a este problema es un proceso que debe darse «desde arriba hacia abajo», empezando por quien más tiene; diferente es en la alimentación, en que «el cambio tiene que ser de abajo para arriba».

«La revolución industrial introdujo el concepto ‘residuo’ y el de ‘pérdida de valor’», indicó, por su parte, Iezzi. En cambio, la economía circular -foco de su exposición- «evita la pérdida de valor», dado que implica una redefinición de las materias primas y los residuos.

«El modelo lineal no durará otro siglo», advirtió, basado en tres tendencias: el cambio en el comportamiento del consumidor, con una preferencia del uso por sobre la propiedad; los avances tecnológicos, con plataformas para uso compartido; y el cambio climático y la escasez de recursos, con la volatilidad de precios de los commodities.