Emprender

Por Diego Armanini (*)
Para Emprendedores21

Qué difícil es emprender, pero creo que no hay mayor satisfacción que construir una marca, elaborar un producto, cualquiera sea. Ser artesano es una de las actividades más nobles que puede haber, ya que uno pone de sí mucha paciencia, dedicación, horas de trabajo, hasta noches enteras en busca del producto que haga felices (en marketing satisfaga las necesidades) a nuestros clientes, y lo que más lo llena de orgullo a uno es recibir una felicitación, en mi caso una sonrisa al probar mis chocolates. Ni hablar de un segundo pedido de parte de un mismo cliente, es la confirmación de que tanto caminar, tanto golpear puertas que a veces se cierran, vale la pena. Por eso no hay que darse por vencido ni aún vencido (Almafuerte).
Nací en Tucumán, Argentina; pertenezco a una familia en la cual desde chico me inculcaron el amor por la cocina y la importancia de trabajar con la mejor materia prima. Con el objetivo de lograr sabores puros y aromas exquisitos. Luego de cursar 3 años la carrera de Licenciatura en Comercialización, me di cuenta que mi verdadera pasión era el mundo gourmet, entonces con mis padres llevamos adelante durante 15 años una fábrica de conservas gourmet de reconocida trayectoria en el Norte Argentino.
Años después sentí curiosidad por el mundo del chocolate y me especialicé con el maestro chocolatier Daniel Uria, abriendo este año mi pequeño atelier de chocolates en La Barra – Punta del Este – Uruguay. Desde entonces realicé y realizo varios cursos de perfeccionamiento en distintas escuelas gastronómicas, siempre investigando y buscando nuevos sabores y texturas. Teniendo como principal objetivo hacer Chocolates nobles y distinguidos. Utilizo artesanales procesos de elaboración, destinados a extraer del Chocolate los más exquisitos aromas y sabores.
Mi pasión es el chocolate y mi misión es hacer felices a mis clientes con mis productos.
(*) Chocolatier