Un “gestito de idea” para emprender en Argentina

La semana pasada el humorista y actor argentino Carlitos Balá cumplió 95 años. Fue transgeneracional su labor de entretenimiento a niños, adolescentes y adultos. Fue creativo en la generación de un lenguaje que tuvo impacto en la producción de sentido social y construcción cultural argentina. Frases como “un gestito de idea”, “riñones” (mientras con el índice se tocaba la cabeza dándose aires de inteligente), “está un kilo y dos pancitos” y “más rápido que un bombero”. Creó un nuevo lenguaje que tuvo inserción social. Crear no es innovar, pero es el punto de partida para que surja la innovación.

Crear es molir nuevos tipos de café que surgen del grano e innovar es venderlo y comercializarlo en cápsulas. Ese proceso genera mayor valor para la empresa y para el cliente.

Mikail Fridman, cofundador de LetterOne, incorporó un concepto que comenzó a ser utilizado a nivel empresario en la escena internacional: economía índigo. El término “índigo” responde a personas con habilidades inusuales e innovadoras. En la era económica que vivimos, en pandemia y postpandemia, la infraestructura socioeconómica deberá tener el soporte de incentivos necesarios para poner en práctica todo su potencial intelectual y creativo detenido en Argentina por condiciones a las que sometemos al emprendedor en la burocracia administrativa y presión tributaria.

En la postpandemia las economías más vigorosas serán impulsadas por esquemas en los que la innovación, la creatividad y las habilidades digitales estén más desarrollados. Sin dudas, primero hay que pasar la pandemia para detallar la postpandemia y el desempleo estructural que puede generar estas nuevas habilidades y modos de comercialización implicará también contemplar a quienes será necesario no subsidiar sino bajarles la presión impositiva para que puedan seguir existiendo.